martes, 13 de noviembre de 2007

Tu Oración de Cada Día

Un sacerdote franciscano con sotana y sandalias llegó a la librería que trabajaba y me obsequió, creo que en forma inmerecida, un hermoso librito de oraciones, en el momento que más lo necesitaba.


Desde el mes de julio me encuentro trabajando en la Asociación Librería Editorial Salesiana. La experiencia de por si es interesante ya que luego de tantas labores que en mi vida profesional realicé, no me había topado con una imprenta, editorial y librería (alguna experiencia tuve en el periódico peruano Última Hora). Pero todo este preámbulo es para comentarles una experiencia que deseo con Uds. compartir.

Un día, hace aproximadamente un mes, estaba en la librería revisando títulos y tratando de observar a los clientes, al mismo tiempo que evaluaba el comportamiento de las vendedoras, cuando por allí apareció un sacerdote de la Orden Franciscana (con sotana marrón y sandalias). Buscaba y revisaba títulos y contenidos, y yo, como dueño del negocio y que alguna vez quiso ser sacerdote franciscano, me acerqué para ayudarlo y servirle.

Producto de esa relación el sacerdote me compró muchos títulos y se llevó una buena cantidad de remates ilustrados. Era un misionero que visitaba pequeños poblados de Piura y llevaba todo ese material para que los niños y jóvenes de esas localidades aprendan a conocer a Nuestro Señor Jesucristo.

Yo, mercenario, cumplí, pues hice mi venta.

Ese día fue muy especial, yo estaba lleno de problemas y dudas, especialmente de si estaba en el negocio correcto (no se nada de imprentas, librerías, etc.) y me preguntaba si mi experiencia podría servir para algo a esta actividad, así como a la organización a la que pretendía apoyar. El Sacerdote luego de que le cobré lo que debía cobrarle (le hice algunos descuentos para que vea que era el jefe), saco de sus mangas anchas un librito muy pequeño (5 por 6 cm), se puso a escribir algo y me lo entregó, me dijo que era un obsequio por tan buen servicio recibido.

Me sentí incomodo pues mi esfuerzo no había sido para tanto, pero en fin.

Cuando vi el interior del librito y su contenido me quedé realmente paralizado y lleno de vergüenza y emociones que no supe explicar, y que ahora intentaré hacerlo.

El título del librito es: San Judas Tadeo, Patrón del Trabajo y de los Casos Imposibles – Tu Oración de Cada día.

Mi caso ese día, para mí, era imposible (creo que era lunes). Cuando abrí el documento había una dedicatoria de Fr. Rodolfo Avalos Huapaya o. f. m., Recopilador. No me atrevo a transcribirla pero creo que era un exceso para el servicio que le había brindado. Me emocionó casi hasta las lágrimas, pues ese día no me merecía absolutamente nada.

Lo que sigue, y lo quiero compartir con Uds., son párrafos del librito, escritos por este Sacerdote. Creo que les llegará hasta el concho del corazón, se los transcribo:

“Cada día de nuestras vidas tenemos la necesidad de entablar un dialogo muy íntimo con Dios nuestro Señor. Lo invitamos a hacerlo por medio de esta pequeña recopilación, así como también a su difusión.”

Motivación

“Todo buen cristiano debe saber recitar con los labios, gustar con el corazón y comprender con la mente las oraciones que dirige al Señor y a su Santísima Madre... El dirigirnos a Dios debe ser el acto más hermoso de nuestra diaria jornada. Elige tu oración preferida, que sea como un bálsamo para tu alma o como un trampolín para elevarte a Dios.”

Ante Tu Altar

“Hoy ante tu altar me presento Señor. Vengo a pedirte piedad por las miserias de mi alma que en la cruz te llevaste. Piedad por negar mi mano al desvalido. Piedad por no dar al afligido. Piedad por no ser como Tú.

Hoy quiero suplicar por tu gracia Señor. Cambia mi duro corazón. Dame un corazón amante como el tuyo. Dame un corazón abierto como el tuyo. Dame un corazón sencillo como el tuyo. ¡Yo quiero ser como Tú!"

¡Gracias Señor!

"Por mis brazos fuertes, cuando hay tantos mutilados.
Por mis ojos que ven, cuando hay tantos sin luz.
Por mi voz que canta, cuando hay tantos que mendigan.
Por el pan nuestro de cada día, cuando hay tantos que no lo tienen.
Por el don de la fe, sin el cual es imposible agradar a Dios.
Que maravilloso es Señor, tener un hogar donde volver, cuando hay tantos que no tienen donde ir.
Que maravilloso es Señor, amar, soñar, sonreír, cuando hay tantos que odian, que se envuelven en pesadillas y tantos que se mueren sin nacer.
Que maravilloso es Señor, tener tanto que agradecerte y tan poco que pedirte.
Gracias Señor por que me has creado. Haz que mi vida sea de tu agrado y que llegue a su plenitud.

En este día Padre queremos pedirte nos concedas el don de poder perdonar a todos aquellos que en la vida nos han ofendido o herido. Ponemos ante Ti nuestro corazón y te rogamos que tu amor nos sane todas las heridas causadas por las ofensas recibidas, sánanos del resentimiento, la amargura y la desilusión y pon en él la comprensión, la alegría y la paz. Todo esto te lo pedimos en nombre de Jesús y por la intercesión de la Virgen María, nuestra Madre.”

Sinceramente creo que no hay nada más que pueda agregar a estas oraciones y solo les digo que me agrada compartir esta experiencia con Uds.

1 comentario:

Luis Muñoz dijo...

Sorprende que haya querido ser Sacerdote Franciscano, las oraciones están bastante interesante e inspiradoras además de alentadoras para el momento en que se encontraba , fué un buen obsequio de parte del sacerdote.

Luis